Las aperturas en la fachada de una vivienda, como puertas y ventanas, son puntos débiles que los delincuentes aprovechan para ingresar rápidamente. Estadísticas policiales indican que los ladrones pueden abrir una puerta en 3-5 minutos, cometer un robo en 15-20 minutos y escapar con objetos de valor en 3-5 minutos. Si no pueden ingresar en cinco minutos, la mayoría de las veces se dan por vencidos. Por lo tanto, el 90% de los robos en viviendas se podrían prevenir mediante la instalación de medidas de seguridad en las ventanas y un montaje adecuado. Es importante destacar que un robo en casa puede tener graves efectos psicológicos y de salud debido a la sensación de desprotección y preocupación en el propio hogar, además de las pérdidas materiales.